jueves, 24 de marzo de 2011

Reaprendiendo a llorar


Siempre me prohibieron llorar, llorar era sinónimo de debilidad, creían que era niño y me decían que los niños no lloran, y me decían palabras y expresiones muy hirientes por llorar muchas veces, como ¿acaso eres maricon? Escuchar esas expresiones desde que tenía uso de razón y por parte de mis progenitores fue logrando que inhibiera mi sensibilidad y que apagara mis sentimientos.

Hasta que un día, mi mejor amiga y hermana del alma Saray, le conté un rechazo que tuve por ser transexual por parte de una amiga mutua, la cual me dijo cosas bastantes hirientes, como el que “terminaría tristemente en una esquina” (cosa que nunca sucedió). Saray empezó a llorar, con una tristeza que me ablando el corazón, yo no pude llorar por ese rechazo y falta de aceptación, no pude, pero ahí estaba ella llorando por mí. Despertaron en mí sensaciones que tenía olvidadas, y las lágrimas de Saray fueron la llave para poder volver a expresarme con lágrimas y desbloquear esos candados que me había hecho inhibir mi llanto.

Reaprendí a llorar, y llorar no es malo, sacar esos sentimientos ya sea de alegría, de tristeza o nostalgia es poder sentir que por nuestras venas corre humanidad.

Este par de intentos de poemas están dedicados a Saray



Quisiera saber llorar

Quisiera saber llorar
para poder expresar todo esto que siento,
poder sacar este dolor que me ahoga
y no me deja continuar

Quisiera saber llorar
para no tener que volverme dura,
para que no se enfríen mis sentimientos

Quisiera saber llorar
para no tener que perder la sonrisa
y seguir abrazando la lejana felicidad

Quisiera saber llorar
para no perder mi fragilidad,
para no irme convirtiendo en piedra

Quisiera saber llorar
y no sentir vergüenza por ello

Quisiera saber llorar
y no solo ver a los demás hacerlo

Quisiera saber llorar
y  así no perderme en una
fachada amargada y rencorosa

Quisiera saber llorar,
saber ser fuerte, pero sin tener
que retener las lagrimas
que agritos piden brotar

Quisiera saber llorar
y que así nadie más
tenga que hacerlo por mí

Quisiera saber llorar,
para que estas palabras no existieran
y pudiera continuar sin este dolor
que me crucifica y me mata por dentro.

Quisiera saber llorar.

Verónika Alejandra Inclán Cazarín
01-mar-2008
Dedicado a Saray


Sensibilidad despierta

Sensibilidad despierta,
sentimientos dormidos,
lagrimas retenidas,
sin sabores no sufridos

Cuantos años sin llorar,
cuanto tiempo sin corazón(?),
cuanto dolor convertido en odio y rencor.

Adiós a esa coraza que parecía protegerme
y que solo evitaba fluir mi calor,
adiós a los días con coraje  que no dejaban
que manifestara  la fortaleza de mi debilidad.

Despierto ahora,
vuelvo a descubrir lo sensible que soy,
que puedo llorar, expresarme y poder sacar
de mi ese veneno que no me dejaba vivir.

Sé llorar y no me da pena hacerlo,
hay veces que no quisiera hacerlo,
pues a los corazones no les gusta el dolor,
pero sólo así mi vida retoma su color.

Olvide como llorar, reaprendí a hacerlo,
alguien una vez tuvo que llorar en mi lugar,
no quiero que nadie vuelva a hacerlo,
no me gusta ver a nadie sufrir por mi,
pero gracias a ello renací y hoy
mi sensibilidad una vez más despierta

Mi sensibilidad esta despierta



Verónika Alejandra Inclán Cazarín
17-sep-2008
Dedicado a Saray