domingo, 24 de marzo de 2013

Justina o Julieta o ninguna de las dos*


Por: Verónika Alejandra Inclán Cazarín


Voluntad, fuerza ante la flaqueza, espíritu incorruptible, ideales sólidos, delirios por la intangibilidad de los valores

¿Vale la pena? ¿Por qué no sucumbir al vicio, a la perversión, a la locura, al placer desmedido, al hurto, al "pecado"?

Todo aquello que se aprendió, que nos heredaron, la moral, los traumas, las culpas, las preocupaciones... ¿Vale la pena seguirlos cargando? ¿No es más fácil tirarlo todo y entregarse a la posible libertad de los deseos, los instintos, los extremecimientos, los juegos... el sexo?

No hay respuestas validas, cada quien vive su historia, y carga a cuestas el legado del árbol genealógico ¿Qué debo conservar o qué debo desechar?  

Con qué eligiré, ¿mente, corazón, instintos?

Eligiré, y con la voluntad inquebrantable de mi espíritu defenderé lo que he elegido, porque aunque para los demás sea lo "incorrecto", para mi será lo que he escogido y mientras que en mi ser sea lo correcto no me importará lo que piensen los demás...

Los infortunios de la virtud o el vicio altamente recompensado... o el punto medio o la escala en grises entre los dos, qué importa que elija yo, lo importante es que sepas en tu interior, que eliges tú

Reflexión inspirada en los libros Justina (Los infortunios de la virtud) y Julieta (El vicio altamente recompensado)  del Marqués de Sade