sábado, 30 de marzo de 2019

Nací mitad azul



Por: Alejandra Inclán


Nací mitad azul en un mundo de dos colores, donde no hay espacio para lo intermedio, donde con mi nacimiento se me dio una asignación con el azul que sobresalía.

Nací mitad azul, creciendo con un frío en las venas ante el miedo que me daba mostrar la otra parte de mi cara.

Nací mitad azul, con la nostalgia vuelta tristeza por no comprender la complicada condición que me tocó.

Nací mitad azul, con esa tonalidad melódica del blues, expresándome en tonos bemoles y séptimos. Sonando como una pentatónica, cuando siempre quise tener un sonido atonal.

Nací mitad azul, con una naturaleza fotográfica en negativo, donde me expongo en amarillo, cian y verde, con lo que nadie me descifra en positivo.

Nací mitad azul, habitando en un cubo de rubik donde no existe mi color, soy rompecabezas sin solución.

Nací mitad azul, y no puedo matar esa mitad, la he dejado viva, porque aún creo que con trazos de Van Gogh la noche estrellada me puede un consuelo dar.

Nací mitad azul, con un alma atormentada, y con partes mías que anhelan ser coloreadas.

Nací mitad azul en un mundo azul y rosa, por eso he intentado matizarme. Aunque no alcance el tono preciso. Aunque parezca un mal Picasso. Aunque rompa la armonía de fractales naturales. 

Nací mitad azul y mitad rosa. Hoy me veo al espejo y al verme llorar veo la verdad transparente de mis lágrimas. No importan mis colores, importa mi alma, aunque los ciegos no puedan admirarla.