lunes, 8 de abril de 2019

Ser por completo



Por: Alejandra Inclán



Me di cuenta que perdí mis sueños cuando vi tu cuerpo. Dejé de luchar o quizás olvidé cómo hacerlo. 
Perdí mi sensualidad inicial, mis ganas de sensibilizar mi piel, de tenerla acariciable, de gozar con el roce de unos dedos.
Toco con mis manos lo que no tengo, las palpo y el vacío me hace tragar veneno. Perdí el deseo de obtener el erotismo que con mi imaginación dibujaba debajo de la ilusión de la ropa.
Ya no hay nada de ese anhelo corporal, de ese esculpir que empecé y que dejé para cubrir otras necesidades. ¿Mi estética era una necesidad? No sé, lo que sí sé es que tengo nostalgia por aquello que recuerdo haber iniciado y no haber alcanzado.
Dejé de lado mi vanidad. Tal vez me volví muy espiritual o me decanté por la vida simple o quizás no supe seguir la disciplina para lograr tener lo que en ti estoy viendo.
Sí, veo tu cuerpo y algo de envidia se me despierta. No sé si es posible todavía, no sé si sea tarde. No sé si quiero volver a entregarme a la inversión de mi físico. 
Ya no sé lo que quiero. Parece una estupidez, pero te veo y sé que lo que tienes también lo quiero, aunque no lo necesite para seguir siendo por dentro… vivo en un mundo material y en esa parte también quiero ser por completo.
¿Qué entregaste tú? ¿Qué estoy dispuesta a entregar yo? Todo tiene un precio y no sé si yo pueda alcanzarlo o quiera pagarlo…